lunes, 11 de diciembre de 2017

Humedal accesible, que sobrevive a la megalópolis de Barcelona, El Delta del llobregat




El pasado mes de Noviembre visité la ciudad de Barcelona para asistir al XIII Foro Internacional de Conservación de la Naturaleza del Comité Español de la Unión internacional para la conservación de la naturaleza (CeUICN). Aprovechando el viaje, me puse en contacto con el personal que vela por la conservación y gestión del espacio natural del Delta del Llobregat, el Consorci per a la Protección i Gestió dels Espais Naturals del Delta del Llobregat, en cuya web se puede localizar toda la información sobre este paraje que sobrevive pese a las circunstancias.


El Delta del Llobregat es un espacio natural protegido que lucha por su conservación desde el año 1987, en que una parte de las zonas húmedas del delta fueron protegidas bajo la figura de la Reserva Natural Parcial del Remolar-Filipines i de la Ricarda-Ca l´Arana hasta  la actualidad, que sigue en proceso de trámite dentro del Pla Especial de Protecció del Medi Natural i del Paisatge del Delta del Llobregat, además se está recopilando información para incluir su superficie en  el convenio Ramsar. Si duda una larga batalla para proteger un humedal, que sobrevive a la presión de una megalópolis como es Barcelona y el área metropolitana y al aeropuerto del Prat, que lo divide en dos, y también al puerto de Barcelona, con su ampliación. Pese a la gran presión a la que el humedal está sometido se han censado 349 especies de aves diferentes a lo largo de su historia, no siempre se observara ese número de especies, pero anualmente descansan en sus aguas y unas 245 aves fácilmente observables desde sus hides o con una paseo por sus pistas.




El humedal está ubicado en un punto estratégico para la migración de las aves, dentro de la ruta migratoria del mediterráneo occidental que une Europa con África. Su importancia para la fauna no solo destaca por las aves, también se ha censado la rata de agua (Arvicola sapidus) y la comadreja (Mustela nivalis), así como varias especies de murciélagos y la tortuga de rió, pese a la gran presión que ejercen especies invasoras.




Al observar el mapa de la imagen uno se puede hacer una idea de la presión a la que los habitantes de este espacio natural están sometidos, con un aeropuerto internacional como es el Prat por un lado y por el otro el puerto de Barcelona, transito de aviones, barcos, camiones de gran tonelaje, que someten a las especies animales a un elevado estrés sonoro y lumínico, es increíble su riqueza en biodiversidad casi un milagro que solo la naturaleza sabe hacer.





Las personas con movilidad reducida también podemos disfrutar de este pequeño oasis en la ciudad condal. Es recomendable avisar con anterioridad a los trabajadores del parque así es posible que dejen acceder hasta el centro de visitantes con el vehículo. Una vez allí se puede realizar un itinerario circular por una pista de tierra batida, que suele estar en buen estado, pero como todas las pistas, después de lluvias tendrá charcos, resaltes y rehundidos, mejor no utilizarla después de lluvias.






Para la observación de aves el recorrido es maravilloso, ya que transcurre en el margen de una de las lagunas permanentes que dispone el humedal. En mi visita además de numerosas paseriformes, avistamos algunas rarezas como la Barnacla cariblanca (Brantal eucopsis) y otras especies de anátidas como el Tarro blanco (Tadorna tadorna), el ánade friso (Anas strepera) o el Porrón común (Aythya ferina), ha destacar el avistamiento de una grulla (Grus grus), que supusimos que estaba descansando para continuar su viaje a la laguna de Gallocanta en Aragón o a Extremadura, en cualquier caso fue muy sorprendente verla tan cerca de la playa, en resumen una mañana pajarera muy agradable y con la inmejorable compañía de Ferrán López, todo un experto del birdwatching.

Una nueva opción accesible de birdwatching en las inmediaciones de una gran ciudad, Barcelona.

Salud, naturaleza y felices fiestas navideñas, seguimos rodando en 2018